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“Tenemos en la escuela un problema estructural hace muchos años, las paredes de la escuela están agrietadas de un modo muy notable, hay grietas importantes y grietas nuevas”

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La Escuela N° 7722 de Esquel suspendió ayer por la tarde sus actividades tras detectarse nuevas y notables roturas y agrietamientos en las paredes del edificio, que fue inaugurado en mayo de 2014. Si bien una revisión inicial atribuyó el origen inmediato de la alarma a la caída de la tapa de un ladrillo hueco en el techo, las autoridades evacuaron el establecimiento por precaución y esperan un estudio estructural debido a problemas preexistentes.

El incidente se registró cerca de las 15:30 horas del lunes. Corina Milan, directora de la institución, relató a FM DEL LAGO que un “ruido muy fuerte que golpea fuerte en el techo” asustó a alumnos y docentes en la biblioteca.

“A partir de ese evento se clausura ese sector, damos noticia de lo ocurrido a las autoridades… nosotros tenemos en la escuela un problema estructural hace muchos años, las paredes de la escuela están agrietadas de un modo muy notable, hay grietas importantes y grietas nuevas” expresó Milan.

Tras la consulta al Ministerio de Educación, se ordenó la evacuación preventiva del edificio cerca de las 16:30 horas, suspendiendo todas las actividades.

Voluntad de estudio y antecedentes

La directora Milan confirmó que personal de Obras Públicas, junto a Palma y Sandoval, y personal de Delegación Administrativa, se hicieron presentes para una primera inspección que determinó la caída de un elemento interno en el techo. Sin embargo, el foco se mantiene en la seguridad estructural.

“Nos anticiparon que hay voluntad de estudiarlo y que mañana va a venir un ingeniero, hay cosas de la estructura a analizar, nos alegra que nos estén dando respuestas”, señaló Milan.

La preocupación no es nueva. En 2019, Obras Públicas se había comprometido a realizar un estudio estructural, el cual quedó sin efecto por la pandemia. Milan hizo hincapié en que la ubicación del edificio, en una “zona de mallín con movimiento de terreno” y un historial de hundimiento en el barrio, hace imprescindible el análisis.

Plan de contingencia para 300 estudiantes

Con una matrícula de alrededor de 300 estudiantes, la comunidad educativa se enfrenta a la incertidumbre sobre la continuidad del ciclo escolar.

“Cuando venga el ingeniero vamos a analizar si se puede utilizar parte del edificio por lo menos para finalizar el ciclo… ya estamos trabajando en un plan de contingencia”, afirmó la directora, buscando llevar tranquilidad y alternativas a las familias.

Milan concluyó que todas las autoridades tienen conocimiento de las grietas existentes y las que se han profundizado con el tiempo, y que la comunidad educativa deberá esperar las decisiones del personal técnico.