Tensión en el Hospital de Esquel: Inspecciones generales ordenó el espacio público frente al nosocomio
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Una intervención conjunta de la Policía del Chubut y personal de Inspecciones Generales del municipio de Esquel se llevó a cabo esta mañana en la vereda del hospital local, luego de reiteradas denuncias por la presencia de manteros que obstruían el paso de ambulancias y pacientes. Si bien la situación generó un conflicto inicial, las autoridades lograron llegar a un entendimiento con los vendedores.
Oscar Razzeto, responsable de Inspecciones Municipales, dialogó con FM DEL LAGO y explicó los motivos de la intervención. “Habíamos empezado ayer notificando a las personas que se encontraban en la vereda del hospital. Se había presentado una nota con el aval técnico del HZE donde manifestaban preocupación por las medidas de seguridad”, afirmó. Razzeto detalló que se habían suscitado inconvenientes entre los vendedores y las ambulancias, así como con pacientes y conductores, “básicamente porque pone en riesgo la salida de emergencias que están obstruidas”.
Preocupación por la seguridad y diferenciación de actividades
El Hospital solicitó la intervención municipal amparándose en las ordenanzas y normativas vigentes, considerando la situación como un riesgo para la salud y el entorno hospitalario. Razzeto aclaró que, paralelamente a las notificaciones, se dio intervención al Juzgado de Faltas y a la Dirección de Producción para buscar soluciones alternativas para los vendedores.
El funcionario hizo una distinción entre ferias americanas y venta ambulante. Mientras que la venta ambulante se rige por la ordenanza tributaria, las ferias tienen responsables y una organización diferente. En el caso de los vendedores del hospital, muchos llevan tiempo y su actividad es reconocida como feria, por lo que se busca su formalización a través del área de Producción.
Notificaciones y búsqueda de soluciones alternativas
Los vendedores, que también se ubicaban en la vereda del SOEME, fueron notificados sobre el desplazamiento de la vereda del hospital y se les invitó a acercarse al área de Producción. Razzeto indicó que los vendedores entendieron la situación y se movieron del lugar.
El responsable de Inspecciones también se refirió a los controles realizados este fin de semana en la feria de la calle Don Bosco, donde se notificó sobre el uso no autorizado de “chulengos” (parrillas). Las ferias tienen normativas específicas sobre la venta de ropa usada, artículos de hogar, muebles, manufactura propia, frutas y verduras, y deben cumplir con el reglamento de buenas prácticas para la elaboración de alimentos. Aquellos que cocinan en la vía pública deben registrarse y habilitar una cocina, incluso en sedes comunitarias si no poseen una propia. Se busca que los vendedores, muchos de los cuales tienen trabajos formales y ven en la feria una oportunidad de negocio, se capaciten en manipulación de alimentos para garantizar la seguridad de los productos.
Colaboración interinstitucional y acompañamiento municipal
Razzeto enfatizó el trabajo de acompañamiento que realiza el municipio, “entendemos la situación y los invitamos al área de producción, pero todo dentro del marco normativo sin afectar el derecho de otras personas”. Se coordinará con el responsable de seguridad del hospital para controlar los accesos y evitar la venta ambulante o el uso de baños dentro del nosocomio.
La propuesta es buscar soluciones integrales, como la centralización de un lugar para la venta o la definición de un radio para la venta ambulante. “Es fundamental la intervención de Producción”, señaló Razzeto, mencionando que se busca consensuar qué se puede vender y dónde, especialmente considerando que en el hospital se vendía ropa usada y no alimentos. La posibilidad de alquilar un lugar para los vendedores también es parte del diálogo.
El municipio, en conjunto con actores de la economía social como Cáritas, busca “convocar a todos los actores para ver qué fondos tenemos, qué programas hay, y en base a eso buscar una solución entre todos”. La idea es acompañar a los vendedores con capacitaciones gratuitas, como las de CAPEC y los carritos, para que pasen de la necesidad a ser emprendedores con herramientas y valorizados por el Estado. La existencia de un registro de alimentos a pequeña escala es un paso importante para el crecimiento y la formalización de estas actividades, garantizando la salud de los consumidores.