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Pyme familiar se dedicaba a la sextorsión

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Una investigación encabezada por el fiscal Richeri a cargo de la fiscalía Cibercrimen de Esquel desbarato una banda denominada la “Pyme familiar sextorsion”, un preso del IPP, su pareja y una hermana extorsionaban a hombres en Chubut, Santa Cruz y Río Negro, el fiscal Carlos Richeri dio detalles de los allanamientos “teníamos personas extorsionando a vecinos de Esquel, Trevelin y alrededores, pero nos encontramos con una organización con gente con domicilio en Gaiman, Trelew, se hizo reconocimiento de voz de una persona que estaba detenida en el IPP, hicimos allanamientos en el momento donde más actividad había, se allanaron todos los inmuebles juntos incluso el servicio penitenciario, se hace siempre sin aviso, se llega al lugar con la orden con infantería y la policía federal, estaba lleno de personas detenidas, hasta se filmó el operativo, fue muy rápido, limpio, se llegó hasta la celda donde estaba el indicado, tenía anotaciones de víctimas, guiones, celulares”, detalló el fiscal.

“yo no conozco la operatoria del servicio penitenciario, sé que los teléfonos celulares están prohibidos, con la pandemia se permitió que los detenidos tengan teléfonos, pareciera que este celular no llegó de manera oficial, el detenido tenía dos detenidos, se hacen requisas periódicamente, nosotros íbamos a buscar todo y nos encontramos con todo el material arriba de la cama, hubo gente de cibercrimen Esquel, este allanamiento en el servicio penitenciario fue coordinado con alguien de Esquel”, comentó Richeri.

En cuanto a la investigación, el fiscal confirmo que se trata de una clara extorsion, un delito que tiene una pena de entre 5 y 10 años de prisión, “esto es extorsión, tiene una pena muy alta, es más que una amenaza, generan miedo y de la forma violenta que lo hacen terminan siendo muy violentas, generan miedo y terror, cuando vienen a denunciar no es por la plata, sino por el miedo, el que pago es donde más se enfocan, había una mujer pareja del sujeto detenido, buscaba su objetivo con perfil falso de Facebook,  contactaban a la víctimas, empezaban a agarrar confianza y por el chat de Facebook o wasap   e intercambiaban imágenes de la persona con sus genitales, ahí empezaba la extorsión,  continuaban con la historia como si fuera cierto, empezaba a elevar el nivel de violencia, se hacían pasar por Gabalachis, y por el Jefe de gendarmería de Esquel, para generar as miedo e intimidación, cuando pagaban aparecía un tercero que era hermana del detenido que tenía una red de cuentas, esta red pasaba la plata de una cuenta a otra y después retiraban, hemos desarrollado una estrategia de trabajo que nos permite dar con estas personas”.

Respecto a la situación de los tres individuos, el fiscal precisó “en este momento estas personas están en libertad, fueron imputadas, para pedir una preventiva hay que ver el peligro de fuga, las dos mujeres están con arraigo, hasta ahora el trabajo es recolectar toda la prueba y que sea concreta, esto lo vamos a obtener de los teléfonos y de las computadoras”.

“la pena es bastante alta, tiene una mínima de  5 años y un máximo de 10, acá tenemos una situación muy compleja para quien ahora tiene que defenderse de esto, tenemos la pretensión de ir por los tres involucrados, en vez de hacerse una suma de la condena con el que está detenido pareciera que tuviera un beneficio al por mayor, esto a nivel nacional funciona así, nuestro rol desde mi lugar es pedir una pena que se corresponda con el daño que provocaron y en el momento que llegue esa recomposición, va a intervenir el juez que dio esa condena, que tenga en cuenta este nuevo daño, hoy las personas privadas de su libertad pueden seguir delinquiendo, hay cosas que repensar, hay que cambiar las reglas porque así no están funcionando”, refirió.

Por último, manifestó que hay mucho trabajo para hacer en el instituto penitenciario para tratar de que los detenidos no tengan la tecnología que les permita seguir delinquiendo, “hay un gran desafío que tienen los centros de detención que es detener los celulares, y los aparatos que llegan al penal, como se las ingenian para conseguir lo que se les sacó en una requisa”.