El reclamo de los vecinos de Esquel por los ruidos estridentes generados por escapes de motos y vehículos con modificaciones no autorizadas ha escalado en las últimas semanas. La situación genera un fuerte contraste con la Ordenanza de Regulación de Ruidos en Escapes, aprobada el año pasado por el Concejo Deliberante a partir de un proyecto presentado por el edil Juan Margara.
Margara, quien recientemente se alejó del bloque Despierta Chubut para conformar su monobloque, dialogó esta mañana con FM DEL LAGO, donde expresó su frustración ante la falta de aplicación de la normativa.
Una Ordenanza “Jamás Aplicada”
A pesar de la aprobación y sanción de la ordenanza, el concejal Margara aseguró que la normativa nunca se puso en práctica de manera efectiva, lo que ha generado malestar entre los vecinos y repercute directamente en su trabajo.
“Fue sancionada la ordenanza y a pesar de que se trata de hacerla aplicable, jamás fue aplicada, jamás se secuestró ni se midió un auto”, lamentó el edil. “Mucha gente me pregunta qué pasó, me dicen que no pueden dormir, que llaman y a nadie le importa”.
El concejal explicó que, si bien hubo una aparente intención de avanzar (capacitación para inspectores, búsqueda de un lugar para medir con el decibelímetro), los esfuerzos se estancaron. “Nunca se buscó un lugar, no resultó y somos hijos del rigor, y hasta que no se prohíban en Esquel los escapes libres, esto no va a parar, no tenemos cura y no pensamos en el prójimo”, sentenció.
El ejecutivo y las ordenanzas incumplidas
Margara sugirió que la ordenanza podría modificarse para hacer su aplicación más práctica para el Ejecutivo, pero esa voluntad no ha existido. La inacción es tan notoria que hasta en el recinto legislativo se percibe: “Cuando estamos en sesión y pasa un auto con escape libre, todos me miran a mí preguntándome por la ordenanza”, relató.
El concejal criticó que esta situación no es aislada: “Hay muchísimas ordenanzas que el Ejecutivo no cumple”.
El monobloque de Margara, en conjunto con otros concejales, planea tomar medidas al respecto: “Estuvimos conversando con los concejales que, trabajando con Servicios Públicos, queremos pedirle al Ejecutivo qué dificultades hay para poner en marcha esta ordenanza, queremos que nos respondan y que nos digan que no cuentan con el espacio, el lugar o la tecnología, pero que nos digan. Se puede modificar, no se está persiguiendo a nadie porque esto no es recaudatorio, pero ahí está”.
Desánimo político y relación con el intendente
Al ser consultado sobre su estado de ánimo ante estas trabas, Margara reconoció un “golpe de realidad” y cierto desánimo.
“Puede ser que esté resignado, son cuestiones que vengo analizando desde que entré al estado en abril del 2021, defraudado un poco, creyendo uno que podía modificar algo y es muy difícil modificar algo y esto es política… hay un desánimo en esto, muchas cuestiones no cambian, es difícil cambiar el comportamiento que una persona cree que ese comportamiento está bien.”
Respecto a su relación con el Intendente, aclaró que, aunque tienen visiones distintas (“él es contador y yo soy acompañante terapéutico”), si tiene una crítica, la realiza en privado.
Esperando el Presupuesto
Finalmente, Margara se refirió al estado del Presupuesto Municipal, señalando que al cierre de la semana pasada aún no había ingresado al Concejo. “Desconozco los números, espero que entre esta semana y se comience a trabajar… es probable que lo acompañe [al presupuesto] para darle gobernabilidad al intendente”, concluyó.