La directora de la Escuela n°523 de Esquel Débora Medrano se refirió a la situación de la institución escolar a días de iniciar el ciclo lectivo, con un establecimiento que hoy está cedido al Ministerio de Salud para que allí cumplan aislamiento pacientes con covid, la tarea es más complicada que lo que parece, en contacto con FM DEL LAGO contó “en este momento nuestro edificio está cedido a salud, el edificio se utiliza para el aislamiento de personas por covid, no tenemos novedades de cuándo vamos a tener el edificio para comenzar el ciclo lectivo, se supone que antes del 1 de marzo se va a hacer la devolución del edificio, trabajamos en otras escuelas y nuestros estudiantes están incluidos en esas escuelas, dependemos de que inicien las clases, nosotros estamos trabajando de manera virtual, muchos de nuestros estudiantes pertenecen a grupos de riesgo, es una cuestión a trabajar y lo estamos trabajando con supervisión, con las familias, es un trabajo vinculado con varios sectores”
Respecto a la actual matrícula escolar y la imposibilidad de volver a la presencialidad dada las diferentes patologías de riesgo de los alumnos, Medrano comentó “nosotros tenemos 43 alumnos, no todos van a la institución, con otros trabajamos en escuelas comunes en todos los niveles, tenemos multidiscapacidad, y tenemos el anexo de la escuela 531 en Trevelin, más allá del edificio, la escuela es mucho más grande en redes por fuera”
Sobre la modalidad de trabajo con los padres y alumnos, precisó “estamos convocando a los padres, pedimos lugar en otras escuelas, trabajamos de manera virtual, por teléfono, por video llamadas, hay muchos padres que no quieren juntarse de manera personal por el riesgo de sus hijos, la escuela está en condiciones porque es nuevo, si bien hay cuestiones de mantenimiento que hacer como cortar el pasto afuera, hace un año que no entramos al edificio, desinfectar y limpiarlo, pero en condiciones esta”
Volviendo a la experiencia que atravesó la institución el año pasado ante el cierre del edificio por la pandemia, manifestó “el año pasado fue muy compleja la virtualidad en la educación especial, en nuestra escuela fue muy complicada, los chicos no se pueden sumar al zoom, muchos docentes llevaron kits de trabajo y así seguimos, nosotros trabajamos cuerpo a cuerpo con los estudiantes pero no se pudo hacer, el trabajo en el aula es otra cosa, fue muy complejo y fue casi imposible, pero vamos a tener que seguir pensando en seguir con la virtualidad, el protocolo nos pide un metro y medio de distancia, el uso del tapaboca, pero para nuestros estudiantes es muy complicado, no pueden usar barbijos, no pueden mantener la distancia, hay que pensar que no es que no queremos trabajar, sino que nuestro trabajo es muy finito con las familias, es una situación más compleja que otras escuelas”
Para finalizar, comentó “el año pasado fue muy difícil porque aparte de perder la presencialidad escolar, perdieron mucha presencialidad en la terapia, estuvieron mucho tiempo encerrados en sus casas, es doloroso y difícil, trabajamos con 43 familias, sabemos nombres de toda la familia porque es una escuela chica, este contacto hace que hablemos de otras cosas, hay familias que tienen 3 o 4 niños y es muy difícil darle tres o cuatro tareas diferentes y hay que tener en cuenta eso”.