“La deuda actual de la empresa asciende a unos 2.000 millones de pesos y a DICASUR le deben 890 millones de pesos”

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El frigorífico DICASUR, una de las principales fuentes de empleo en la localidad de Trevelin, atraviesa una compleja crisis económica que mantiene en vilo a sus 70 trabajadores. En una entrevista exclusiva con FM DEL LAGO, el propietario, Rafael Nataine, salió a desmentir los rumores de cierre y a explicar la difícil situación que enfrenta la empresa, marcada por la caída de las ventas, el aumento de costos y, según sus palabras, una “competencia desleal”.
Nataine, quien lleva 11 años al frente del negocio familiar, reconoció que la empresa tiene “atrasos con los pagos” a productores y proveedores, pero aseguró que los sueldos y aguinaldos de los 65 empleados directos están al día. Atribuyó la crisis a varios factores, entre ellos, la drástica caída del 60% en las ventas entre enero y febrero, el aumento de los costos fijos y, en particular, la entrada de carne del norte “sin impuestos”, lo que generó una “bola” de problemas financieros.
El empresario también desmintió las versiones que indicaban que se había ausentado de la ciudad. “La semana pasada me fui a Neuquén a cobrar para poder pagar los aguinaldos”, aclaró, y lamentó que “dichos con maldad” en redes sociales generaran desconfianza entre los productores.
Deuda, competencia desleal y el peso de los costos operativos
Nataine reveló que la deuda actual de la empresa asciende a unos 2.000 millones de pesos, pero aclaró que a DICASUR le deben 890 millones de pesos. Subrayó que el principal acreedor son los productores, a quienes se les está cumpliendo “parcialmente” con los pagos. El propietario explicó que la empresa ha quedado en una difícil situación financiera debido al alto costo del financiamiento bancario y una deuda de 5 millones de pesos con Rentas de Chubut, que aún no ha podido saldar desde un concurso de acreedores de 2017.
Uno de los puntos más álgidos de la entrevista fue la denuncia de Nataine sobre la competencia desleal.
 El empresario afirmó que el 90% de la faena en Trevelin es “clandestina”, realizada “a campo” y sin los controles sanitarios, bromatológicos e impositivos que sí se le exigen a DICASUR. “A mí me controlan todos los días la secretaría de trabajo, bromatología, cosa que no me parece que esté mal, es lo que corresponde”, expresó, contrastando esta situación con la falta de inspecciones que, a su juicio, afecta a los competidores.
El propietario de DICASUR sostuvo que esta situación genera una enorme desigualdad de costos. “El costo en el frigorífico es mucho más caro que faenar debajo del sauce, que no paga impuestos”, señaló, y lamentó que “se los avale y sea como que son las víctimas de la situación”.
La esperanza de la exportación
A pesar de la compleja coyuntura, Nataine se mostró optimista. Mencionó que la empresa realizó una inversión de tres millones de dólares con el objetivo de exportar carne ovina a terceros países, en particular a los países árabes. Tras superar lo que describió como “burocracia del SENASA”, la empresa cuenta con las habilitaciones necesarias para exportar “oveja vieja”, un producto que es muy demandado en esos mercados.
“Estamos buscándole la vuelta para ver si conseguimos otro privado para afrontar esta situación”, concluyó Nataine, asegurando que está trabajando para que la empresa salga adelante y que les pagará a todos sus acreedores.